Gritar o callar, escribir o leer, llorar o reír. Siesta o insomnio. Dejar ser o dejar pasar, saltar o ser saltado, pisar o ser pisoteado. Pensar o vegetar.
Qué iba a saber yo. Qué iba a saber la gente. Si lo valioso del mundo era la música, qué carajo ahora: vamos a perdernos en el sino, Mor. Vamos armando el equipaje. Jale o empuje: vámonos Yafet, que también tú vienes con nosotros, que la incertidumbre nunca fue buen guía, pero tus extranjerismos, pero tu sensei de alta marea.
Pero Semit, cuánto tiempo he de decirle que no tenemos tiempo. Nos deja el avión. Siempre igual de despistado. Voy a tener que enseñarle que el tiempo es asunto serio y usted lo gasta en trivialidades. Siempre he confiado en mi reloj de pulsera, Semit, y ahora usted...
Vámonos, Mor, alcánzeme otro cigarrillo. Los adultos dicen que es la última noche del verano; yo sigo pensando que el invierno no deja de joder con su acechanza.
Dura lex, sed lex. Me voy, nos vamos: Abríguense los ojos, que no los vean pasando.
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